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Tintas y técnicas mixtas / Papel / Inks and mixed techniques / Paper

Un León al alba

 

Con la intención de un felino y la certeza del primer rayo de luz, León Alva sonríe delante del lienzo, con sus manos captura sombras, colores y vacíos, luego los proyecta sobre la tela y nos conduce a un universo donde las fantasías se cumplen porque la alegría y el gozo, son verdades primigenias.

 

La pintura de León resulta un alegre divertimento, en ella, la elocuencia da brillo a lo insondable. Su obra procura la difícil ruta de la sencillez y nos introduce impunemente en la belleza de una verdad interior, atávica, abismal.

 

La dualidad es comprendida por Alva como una expresión plástica de la diversidad más que como una lucha de contrarios y, en ese escenario: los soles explotan, las lunas se fragmentan, la pirotecnia volcánica coincide con los orgasmos cósmicos y seres etéreos o coloidales deciden detenerse por un instante en el lienzo para regocijo de nuestras sensaciones.

 

Los personajes de León Alva denotan múltiples identidades y nos miran de frente o de soslayo, incrédulos, explosivos; desnudan al inconsciente colectivo porque son varios en uno. Poseen enormes ojos y como dioses babilónicos, testimonian el asombro de quienes nos atrevemos a mirarlos fijamente, instantes después, nos quedamos absortos, atónitos; descubrimos que nuestros cuerpos han recuperado algunas sustancias de la felicidad.

 

Las miradas, las voces o los susurros de los seres y los animales cósmicos que transitan el universo energético de León, crean  vórtices y lúdicas tentaciones que atrapan la atención de los niños observadores que habitan nuestros deseos profundos. Al alba, los colores ejecutan la danza de los rostros ajenos a la malicia y el tiempo se colapsa entre luces, voces y explosivas miradas.    

 

 

A Lion at Dawn

 

With the intention of a feline and the certainty of the first light ray, Leon Alva smiles in front of the canvas. Capturing shades, colors and emptiness with his hands, he projects them on the linen, thus leading us to a universe where fantasies are fulfilled because joy and delight are unspoiled truths.

 

The painting of Leon is a jubilant divertimento. In it, eloquence enlightens the undecipherable. His work tries the difficult route of simplicity, introducing us with impunity into the beauty of an interior, atavistic, abysmal truth.

 

The duality is understood by Alva like a plastic expression of diversity, rather than as a fight of opposites and, in this scenario: suns explode, moons fragment, volcanic pyrotechnics coincide with cosmic orgasms and ethereal or colloidal beings decide to stop for a moment in the canvas to rejoice our sensations.

          

Leon Alva’s characters denote manifold identities. They seem incredulous, explosive. By watching us face to face or slanted, they undress the collective unconscious because they are several in one. They possess huge eyes and like Babylonian Gods, attest the astonishment of those of us who dare to watch them fixedly. Moments later, we remain absorbed, overwhelmed; we discover that our bodies have recovered some substances of happiness.

 

Those glances, voices or whispers of the beings and cosmic animals traveling around the energy universe of Leon, create currents and playful temptations which catch the attention of the children observers who inhabit our deep desires. At dawn, the colors execute the dance of faces so remote of wickedness, and time collapses between lights, voices and explosive expressions. 

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